DISCURSO EN BOCONÓ CON MOTIVO DE LA CREACIÓN DE LA PRIMERA FILIAL DEL CENTRO DE HISTORIA DEL ESTADO TRUJILLO. 16-07-08 Vocativo.- 



Un balance necesario.- En primer lugar, permítanme expresarles la satisfacción de estar de nuevo en Boconó que es uno de los lugares mas gratos de la geografía trujillana, tanto por sus paisajes como por la bonhomía de su gente, y sentirme además complacida por la tarea tan importante que como parte de la Directiva del Centro de Historia del Estado Trujillo, venimos a cumplir. Como es de todos sabido, el Centro de Historia del Estado Trujillo está de aniversario. Cumplirá el próximo 24 de julio 50 años es decir, media centuria, que en la vida de una institución cultural en el interior de un país como el que tenemos, es una proeza! Los aniversarios son muy importantes aunque a veces no veamos la significación que tienen. Lo son, porque sirven para tomar conciencia y hacer balance de las realizaciones –o fracasos- en que hemos incurrido durante un período específico en nuestras vidas y para asumir nuevos retos y tomar bríos y empuje hacia el futuro. Hace cincuenta años, en la ciudad de Trujillo, se concretó con la creación por Decreto de la Gobernación del Estado, del Centro de Historia del Estado Trujillo, el sueño de un grupo de valiosas personalidades regionales. Personas que entendieron que era ese el momento -el mismo en que nacía para mantenerse por muchos años, el sistema democrático en Venezuela-, para crear una institución avocada “a realizar investigaciones sobre la historia nacional y especialmente sobre la del estado, como también intervenir en la creación, mejora y resguardo de los Archivos nacionales y regionales; la conservación de reliquias históricas y monumentos públicos; velar por la adecuada conmemoración de las efemérides nacionales y regionales y difundir el conocimiento de los hechos y figuras de nuestro procerato, desde el punto de vista heroico, cívico, cultural y científico; e igualmente fomentar el conocimiento y desarrollo de las letras, las artes y las ciencias de esta región de los Andes venezolanos”, como reza el Decreto de creación. Quienes soñaron este proyecto, a quienes hoy también rendimos tributo, en ese momento previeron tanto el impacto a futuro como el rol que la institución tendría como punto de equilibrio político y social en el marco del desarrollo regional. Porque en el curso de estos 50 años, el Centro de Historia no sólo ha sido bastión de apoyo de los actores políticos regionales, dando opinión como cuerpo en distintas ocasiones, sino que ha crecido como institución. Desde sus inicios, proporciona a quienes le visitan, ese sentimiento de arraigo al suelo patrio que llamamos identidad, a través de su Museo “Cristóbal Mendoza” que hoy día, progresa y se organiza con la creación de nuevas salas a pesar de lo reducido de los espacios de la vieja Casa de la Guerra a Muerte; el Centro ha proveído conocimiento e información constante a quienes lo requieren, mediante su Boletín, ahora convertido en revista, en sus dos etapas y también, recientemente, a través del periódico Repertorio Trujillano, elaborado casi artesanalmente, y en la firme aspiración –hasta ahora imposible,- de que la imprenta del estado nos apoye en la tarea; mediante el uso , limitado pero continuo de su Biblioteca y Hemeroteca y abriendo espacios para la discusión en foros, charlas y conferencias, en el entendido de que sólo mediante la discusión es posible superar viejas ideas e implantar otras nuevas. Hoy, con el apoyo de la Municipalidad de Boconó, damos cuerpo a otro sueño, y atendiendo a objetivos incorporados a nuestro Estatuto reformulado en enero de 2007, creamos la primera filial municipal, llevados tal vez inconscientemente por la idea de haberse asentado en algún sitio de este lugar, la entelequia, el sueño que fue Trujillo en su primera mudanza, pero también por la certeza de que, dada la calidad y atributos de quienes hoy se reciben como Miembros Correspondientes del Centro de Historia del Estado Trujillo para dar cuerpo a la Filial Boconó, con la inicial dirección de Doña Lourdes Dubuc, Individuo (a) de Número de la Corporación, se cumplirán cabalmente los objetivos últimos de esta institución. Las Filiales Municipales y su función en la investigación metódica de la historia local y asuntos afines. Durante mucho tiempo y para muchas personas ser designado individuo de número o miembro correspondiente del Centro de Historia, luego de que sus iniciadores marcaran su curso, fue un modo grato de sumar prestigio. De hecho, muchos de sus numerarios asistieron únicamente en la fecha de su incorporación, dieron el discurso correspondiente y jamás volvieron a la Casa de la Historia. Pero la verdad es, estimados amigos, que al ocupar alguna de las 19 sillas fundacionales, no sólo se sustituye a una personalidad que ha dado lustre a la región y al país, se asume una responsabilidad social con los coterráneos. Y a partir de las modificaciones hechas al Estatuto que nos rige, esta responsabilidad la ganan igualmente los Miembros Correspondientes. Germán Carrera Damas, recientemente recibido en la Academia Nacional de la Historia, quien fuera uno de mis profesores en una Escuela de Historia en la UCV, donde nos formaron para un ejercicio científico-humanístico como investigadores y actores de la Historia nacional o del mundo, plantea que los pueblos se hacen de la manera como vivan su historia. “Quizá por ellos sea posible distinguir dos actitudes básicas de los pueblos ante la Historia, -dice-. Una es la de los pueblos que se postran ante la que tienen por su historia, venerándola deslumbrados … como se ha pretendido en nuestro caso, que nos dejamos arrullar con la falaz certidumbre de que seremos porque hemos sido. La otra … es la de pueblos para los cuales la que consideran su historia es el hacer cotidiano, marcado por la determinación de cultívar, perfeccionándolo el resultado de ese hacer y extrayendo de la conciencia histórica la determinación de pagar con su esfuerzo y hasta con su sacrificio, su pasaje a la plena realización de los valores históricamente generados y propuestos”. Heroísmo es entonces, vivir la patria, cimentarla y conservar, como lo pidió a gritos Mario Briceño Iragorry, las tradiciones nacidas de la cotidianidad, esas que nos diferencian de otros pueblos y nos identifican. La historia es uno de los pilares fundamentales para la sustentación del quehacer humano; si no conocemos nuestros orígenes y los aceptamos y valoramos en su justo calibre, no tendremos arraigo y no podremos definirnos jamás desde el “quiénes somos”. Porque es de ese modo, conociéndonos y asumiéndonos con virtudes y vicios, que se construye la conciencia histórica y ella es la que nos da calidad de pueblos históricos. Cuando creamos en este día la Filial del Municipio Boconó, estamos entregando a sus miembros fundadores, la responsabilidad de robustecer el trabajo que Lourdes Dubuc como cronista de la ciudad, ha venido realizando. Sólo que ahora no se trata de la ciudad sino del municipio, y este equipo, conformado sobre todo por personas ligadas indisolublemente a la Educación, tienen la tarea de rescatar, dejando los mitos en su lugar, la historia de su cotidianidad, de su civilidad, de los personajes que le han dado fisonomía y luminosidad, de sus instituciones, sus parroquias, sus escuelas, todo lo que conforma el Municipio. Porque este es el sentido básico de lo que nos proponemos al crear estas filiales: construir con método y sistematicidad la historia de las localidades para reconstruir con fidelidad la del estado. No todos los nuevos Miembros Correspondientes son historiadores, pero todos tienen disciplina académica, aman su terruño y tienen voluntad de trabajo. Pidámosle pues a Dios que guíe y proteja la empresa que hoy se acomete, que crezca y de frutos y pueda multiplicarse en otros municipios con la misma energía y motivación que en Boconó.
 

Amén!

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Johnny Zedan
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